Hablemos de educación: Hablemos de la emoción

ODS 3: Salud y bienestar

Sonia Fontecha Heras. Psicóloga sanitara y educativa. Vocal del área de Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de La Rioja.

Desde que se declaró el estado de alarma el pasado mes de marzo, nos hemos visto inmersos en una alteración de nuestra rutina y nuestra cotidianidad.
Las realidades han sido bien dispares: desde estar confinados en pequeños espacios con nuestros hijos, a vivir solos el devenir de esta pandemia, para la que nadie nos había preparado.

Desde entonces hasta ahora, nos hemos visto invadidos por una gran cantidad de emociones: sorpresa, asombro, incredulidad, negación, sensación de irrealidad, rabia, tristeza, miedo.

Sin olvidar que las reacciones han podido ser muy diversas: desde el sentimiento de agotamiento, o sobrecarga del personal sanitario y todos aquellos profesionales que han estado en la primera línea de esta batalla, a la alegría de saber que nuestros seres queridos se encontraban bien.

Y todas las emociones han tenido cabida, porque si algo ha caracterizado este período es la novedad, incertidumbre y cambio continuo que nos ha exigido a todos, cuanto menos, un esfuerzo de adaptación.

¿Qué podemos hacer?
Entender que las emociones son naturales, y, en la mayoría de sus casos, adaptativas, nos ayuda a no tener más miedo al miedo. Así, identificarlas, contextualizarlas, compartirlas nos ayuda a resituarnos y a elaborarlas. A rebajar su intensidad, para con el tiempo poder ir integrando este suceso y salir fortalecidos.

  • Frente al miedo, es sano buscar protección.
  • Frente a la tristeza, nos ayuda buscar consuelo.
  • Frente a la rabia, podemos aceptar nuestros límites, analizar qué puedo cambiar y ver qué necesito para ello.
  • Frente a la ansiedad, es momento de enseñar a nuestra mente que pese a todo, podemos convivir con esta sensación de vulnerabilidad y aprender a protegernos. Nuestro cerebro ha recibido la señal de peligro o alarma, y este reacciona rápidamente con el objetivo de salvarnos. Descondicionar el miedo a la respuesta de ataque-huida nos permitirá entender la respuesta de nuestro organismo.
  • Frente a la alegría, no hemos de castigarnos, culpabilizarnos u ocultarla si la sentimos. Tenemos derecho a ser felices.

Y ahora, ¿qué? Decálogo emocional POST COVID – 19

  1. Es importante, entender y naturalizar las emociones que sintamos y no juzgarnos por ellas. Pese a lo dolorosa / temerosa/ angustiante que nos pueda resultar esta situación, se pasará.
  2. Podemos cambiar cómo nos sentimos, podemos cambiar cómo actuamos y cómo pensamos.
  3. Analiza otras situaciones vividas que te hayan resultado difíciles, y recuerda cómo las superaste. Pon en marcha esos recursos de apoyo / afrontamiento cumpliendo siempre con las medidas de seguridad.
  4. Trata de mantenerte activo. Hacer deporte es el mejor aliado del buen humor.
  5. Mantén una rutina de sueño/ alimentación y un equilibrio entre las horas de descanso y actividad.
  6. Come sano, hidrátate.
  7. Comparte lo que sientes. Es natural que la mayoría de personas experimenten intensas emociones. Compartirlo nos ayuda a manejarlas.
  8. Realiza actividades que te resulten agradables y/o placenteras.
  9. Frente a la dificultad: oportunidad. Focalízate en el momento presente y en lo que puedes aprender de ello, en los aspectos positivos que esta situación te haya podido traer.
  10. Mantén una actitud POSITIVA frente a la vida, y los demás. No dejes de sorprenderte. A veces nos ocurren acontecimientos negativos, pero también positivos. No te olvides de estos, porque te seguirán sucediendo.

Web recomendada

COLEGIO OFICIAL DE PSICÓLOGOS DE LA RIOJA www.copsrioja.org

Lectura recomendada

¿POR QUÉ LA GENTE A LA QUE QUIERO ME HACE DAÑO? | Neurobiología, apego y emociones
Manuel Hernández Pacheco

¿Por qué las personas a quienes quere­mos a veces nos hacen daño? ¿Por qué no podemos dejar de estar con perso­nas que sabemos que son tóxicas? ¿Por qué a menudo nos comportamos, o sentimos, o pensamos de un modo que nos hace daño?

Este libro trata de dar respuesta a esas preguntas y a algunas más sobre el origen de muchas de las enfermeda­des psicológicas que nos aquejan en el mundo actual.

Las diferentes etapas vitales, como la infancia, la adolescencia y la entrada a la edad adulta, implican bifurcaciones biológicas que van a determinar gran­des cambios, y la adaptación a los mis­mos puede ser a veces patológica.

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