Alberto Mera y Cristian Espinosa: “La diversidad en la Escuela de Música es como un prisma de colores”

Entrevistas

 “La diversidad en la Escuela de Música es como un prisma de colores”

Alberto Mera y Cristian Espinosa, profesor y alumno de la escuela de música “Legado de la Música sin Fronteras La Rioja”

¿Cuál ha sido el recorrido de la escuela de música?

Alberto: Como todos los procesos el inicio es un poco fuerte porque no se sabe para dónde ir. Para mí ha sido una prueba constante de diferentes metodologías hasta llegar a lo que estamos ahora que ya prácticamente es un resultado, un ensamble. Ellos me han llevado a mí a crear una característica propia del grupo porque como hay diferentes nacionalidades yo no puedo llevarlos hacia mi territorio.
Cristian: He evolucionado mucho en poco tiempo porque de no saber casi nada de la música a poder estar en un grupo musical es algo para mí muy grande, que pensaba que no lo iba a conseguir nunca.

¿De qué os ha servido esta experiencia?

Cristian: Para conocer a gente de otras culturas. No somos de una sola nacionalidad, somos distintos y vamos aprendiendo de cada uno y nos vamos entendiendo mejor. No compartimos lo que nos dice la sociedad, si no que nos vamos conociendo más a fondo.
Alberto: A mí me ha abierto la mente, yo siempre había trabajado con diferentes colectivos en Colombia pero eran todos colombianos. Encontrarme aquí con diferentes nacionalidades me ha hecho aprender que si se sabe conducir, la música es un pretexto, es un hilo conductor que nos lleva a un sitio en el que todos somos iguales.

¿Qué hace diferente a esta escuela?

Alberto: Aquí no importan las nacionalidades, hemos roto con ese esquema que nos lleva a las guerras y a las diferencias. La música es un pretexto y gracias a ella hemos creado un espacio para encontrarnos entre gente con diferentes pensamientos, sentimientos, emociones pero que las hemos canalizado hacia un objetivo, no solamente hacia la música sino más bien al arte de vivir a través de la música.
Cristian: A mí me gusta que todos seamos más o menos de la misma edad, porque si es un grupo con gente mayor y que esté un chaval como yo, como que no estaría tan integrado. Aquí estamos en un margen de edades similares y nos llevamos súper bien, nos entendemos y tenemos mucho respeto entre uno y otro.

 ¿Cómo se maneja la diversidad en el grupo?

Alberto: Lo veo como un prisma de colores, cada persona de cada cultura le pone un color, por ejemplo estamos cantando algo y canta una chica que es africana y tiene su color de África; una gitana cantando la misma canción le da otra esencia; así, cada uno hace un aporte muy valioso dentro de ese prisma de colores que se plasma en la agrupación.
Cristian: Estamos muy contentos porque aprendemos de cada persona diferentes cosas y eso también aporta mucho al grupo porque no solo somos de una sola cultura, somos distintos y eso influye mucho en el grupo.

¿Cómo es la experiencia de dar conciertos?

Cristian: Es algo que he tenido siempre en mi lista de las cien cosas antes de morir, lo tenía como pendiente y me ha surgido esta oportunidad, estoy súper agradecido de estar en este grupo, es algo que lo vivo pero no me lo creo. Hay veces que salgo al escenario y pienso que es un sueño, me pellizco para saber si esto es real.
Alberto: Ellos están pasando por una etapa en que da susto, respeto, pero que cuando lo consiguen es un escalón más porque ahí se trabaja mucho y qué más autoestima que decir estuve frente a mil personas y toqué, me enfrenté a ese monstruo que solamente un artista lo puede manejar. El público es un monstruo que te absorbe y te consume cuando no eres un artista, poder manejar eso es bellísimo.

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