Hablemos de Educación: Nuestros sueños son derechos

ODS 5: Igualdad de género

Daniela Hincapié Betancur. Estudiante de Trabajo Social en la Universidad de La Rioja.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Un día que significa conmemorar aquellas luchas ganadas y personas implicadas en el proceso. Un día para agradecer a quienes suman en este movimiento feminista, con la misma meta de conseguir un mundo más justo. Un recordatorio para ser conscientes de las luchas que todavía nos faltan por ganar como equipo en sociedad, como personas que habitan en un mismo hogar.

Vengo de una humilde familia colombiana, tengo 21 años y soy feminista.

Es cierto que la realidad que se vive en España es radicalmente diferente a la de América Latina. Comparando ambas realidades, y en el contexto que nos ocupa, aquellas violencias hacia las mujeres que se están erradicando aquí en España, en América Latina, como en Colombia, están normalizadas. En este sentido, la pobreza, la falta de garantías, la falta de educación sexual, la falta de ambientes amigables para crecer libres de violencias y protegidas, son algunas de las causas de estas diferencias entre España y Colombia en las desigualdades sociales y de género.

Emigrar de tu hogar hacia otro destino, donde no sabes cómo será tu vida. Donde la incertidumbre te invade de pies a cabeza, y lo único que te mueve es la valentía y esperanza de que todo será mejor que en tu propio país. Adaptarse a la sociedad de acogida y ser bienvenida, procesar el duelo de migrar, es un acontecimiento de gran magnitud para la mujer – y cualquier persona que migra – y su familia y círculo cercano.

Soy mujer en una sociedad patriarcal a nivel mundial, teniendo en cuenta los factores internos como la familia y el entorno social; factores ambientales y estructurales; las instituciones y legislación del país; o la influencia de la cultura.

Soy joven y he escuchado todos sus estereotipos tales como “los y las jóvenes son muy vagas”, “siempre están de botellón”, “no tienen responsabilidades”… Y un sinfín de estereotipos más y realidades como el mundo laboral precario.

“¿Qué está pasando con nuestra juventud? ¿Cómo puede ser que la actual juventud esté sufriendo ansiedad y depresión si lo tienen todo?”

Son algunas de las preguntas que se plantean hoy en día en nuestra sociedad. En este aspecto, el machismo puede ser, en parte, causa-efecto de la actual ansiedad y depresión en jóvenes. Pues, como bien sabemos esta problemática social nos afecta a todas las personas, mujer u hombre, en mayor o menor medida. El tener que cumplir con una serie de roles, sentirse incluidas, queridas, amadas, valoradas, tengo que trabajar el doble para que se note mi trabajo, tengo que estar pendiente de los cuidados de algún familiar… pensamientos infundados.

Así pues, conjuga que el mal manejo de las redes sociales, la gestión inadecuada de las emociones, la percepción sobre el autoconcepto, la falta de autoestima, el control entre los y las jóvenes, la ausencia de límites, los mitos del amor romántico, los patrones tóxicos… Todo ello desemboca en las relaciones asimétricas de poder.

Entonces, ¿cómo se puede sostener cualquier relación simétrica de poder? La respuesta está a nivel macro y micro. Por un lado, cambiando las estructuras políticas y sociales e instituciones; y por otro, los pensamientos, creencias y mitos. Abrazando tu proceso de crecimiento personal y autoconocimiento, sin compararse ni competir contra nadie, respetando tu ritmo. Con la única persona que debes competir es contra ti misma, superándote día tras día. Una vez que conozcas tus debilidades y fortalezas, reconoces tu poder, tu esencia.

Somos agentes de cambio a nivel individual, grupal y comunitario. A través de trabajar el empoderamiento personal, este se puede trasmitir a otras personas.

Así que, sí, ser mujer, joven y migrante, es una realidad enriquecedora que yo vivo y disfruto. Como todo en esta vida, existen experiencias agradables y desagradables, pero una decide con qué aprendizajes quedarse y cuáles desechar. Porque como dice Eduardo Galeano, “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

Alejandra
Author: Alejandra

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