
16 Jul Impacto de la COVID-19 en la juventud de La Rioja
ODS 3: Salud y bienestar
Fundación Pioneros presenta el Informe diagnóstico: Impacto de la COVID-19 en la juventud de La Rioja, un amplio estudio para conocer de primera mano y desde la participación directa de la juventud el impacto de las consecuencias que el coronavirus ha tenido y está teniendo en la población joven de La Rioja.
Para la elaboración de este informe se utilizaron diferentes metodologías de investigación participativa (principalmente una técnica específica que se denomina audición) con el objetivo de conocer de manera directa qué está pasando con la juventud y cuál es su propia mirada y en un periodo extendido en el tiempo. En total se han hecho 491 entrevistas y 26 jóvenes participaron de las audiciones. La muestra se realizó entre mujeres y hombres, de entre 15 y 29 años residentes en La Rioja entre junio de 2020 y abril de 2021.
El informe diagnóstico: Impacto de la COVID-19 en la juventud de La Rioja fue elaborado por Fundación Pioneros con el apoyo de la Consejería de Servicios Sociales y Gobernanza Pública del Gobierno de La Rioja.
Este informe pretende analizar las diferentes derivadas que como consecuencia deja el impacto de la COVID-19 en las y los jóvenes de La Rioja y poder, de alguna manera, señalar conclusiones así como recomendaciones para seguir trabajando de la manera más adecuada y efectiva posible en mitigar las consecuencias del impacto de esta pandemia en la juventud riojana.
Algunas conclusiones del informe
- El comportamiento general de los y las jóvenes desde el comienzo de la pandemia ha contribuido a responder al enorme reto de cambiar todos sus hábitos, sus formas de relacionarse, el cambio de la formación presencial a la on-line, las tensiones generadas en la familia, así como los miedos por la salud de los mayores.
- La percepción que tienen sobre cómo son vistos les genera frustración, los comportamientos de una minoría son etiquetados como globales de una juventud que pone en riesgo al resto de la comunidad.
- Existen hábitos de vida que han cambiado y que han repercutido en la salud mental, mayor número de horas de conexión a la vida digital, mayor exigencia al estudio y necesidad de un aprendizaje casi autónomo, cambios en el sueño y alimentación, menos actividades deportivas, etc.
- Dentro del contexto global, hay que separar la situación de quienes han vivido o están viviendo todo lo sucedido desde una precariedad de ingresos familiares, teniendo dificultades para acceder a dispositivos digitales, una adecuada conexión wifi o una vivienda con adecuadas condiciones de habitabilidad.
- Sobre las relaciones familiares, la mayoría manifiesta que han existido muchos momentos de tensión e incluso conflicto, pero en su mayoría se ha gestionado de forma adecuada. Se plantea como en familias que ya tenían dificultades todo lo acontecido ha perjudicado la situación, existiendo niveles de violencia o rupturas.
Ámbito educativo
El impacto en el ámbito educativo por la crisis de la COVID-19 ha sido y es muy significativo. Llama la atención como en un mundo tan tecnológico y muy conectado al entorno virtual haya pillado tan de sorpresa y sin apenas herramientas tanto al profesorado como a las familias para poder compatibilizar el seguimiento de clases online durante el confinamiento.
Una parte importante del alumnado manifiesta que los planteamientos y el trabajo con el profesorado les ha permitido adaptarse a las exigencias académicas. Sin embargo, otro amplio porcentaje, manifiesta haber encontrado serias dificultades al carecer de la organización adecuada o no tomarse medidas ajustadas a la situación que había en los diversos hogares.
El 79% de jóvenes entrevistados dice tener un dispositivo en casa con el que seguir las clases. Casi el 9% de jóvenes (8,7%) no lo tenían.
El 55% de las y los jóvenes vivieron su situación educativa con mal organizada, poco adaptada metodológicamente y con falta de apoyo suficiente por parte del profesorado.
El 14% de jóvenes expresan haberse descolgado del curso y un 43% lo ha pasado mal por falta de adaptación a las exigencias académicas.
Contexto laboral
En cuanto al ámbito laboral los datos del informe evidencian dos grupos claramente diferenciados: aquellos que han visto su vida laboral afectada por la emergencia sanitaria y aquellos que la han continuado con normalidad. Entre el primer grupo se encuentra un 37,8% de jóvenes. El resto se divide entre un 22,8 % que señala la pérdida total de su puesto de trabajo, seguido de un 17,8% que alude haber entrado en situación de ERTE.
A estos porcentajes se le suman un 12,2% de personas que alegan haber visto retrasados sus proyectos de incorporación al mundo laboral junto a un 9,4% que señala el retraso en sus proyectos de mejora de empleo.
Salud
En el estudio se observa cómo la situación generada ha influido de manera importante en la salud emocional. Los y las jóvenes destacan que han pasado por momentos de ansiedad y tristeza que, unidos a la falta de práctica de deporte y a los malos hábitos alimenticios, han generado un estado emocional complejo que requiere de atención urgente y prioritaria.
El 45,9% de la población, el 33,9% en mujeres, se ha sentido triste y deprimido en algún momento de esta pandemia.
Con la información recopilada se observa que hay hábitos nocivos relacionados con horarios de sueño cortos. El descanso nocturno se ve alterado por el uso del móvil e internet durante la noche, siendo la franja de 24 horas a 2 de la madrugada la franja más utilizada en jóvenes, especialmente entre las mujeres.
Ámbito familiar
La mayoría de jóvenes encuestados, un 59%, manifiestan que el confinamiento no afectó a la convivencia familiar. El segundo porcentaje más significativo, un 21%, se refiere de forma positiva a la situación familiar y un grupo del 19% expresa que la convivencia se ha visto afectada negativamente.
Un 74% de los encuestados expresa que aunque ha habido momentos de tensión y dificultad se han manejado con calma. Sin embargo, hay un 15% que afirma que dichas situaciones de tensión han llegado en algunos casos a la agresión verbal o física.
Ámbito de las relaciones sociales
En cuanto a cómo la pandemia afecta a las relaciones sociales, hay claramente una división. El 56,6% de jóvenes manifiesta que existe continuidad, mientras el 43,4% restante, expresa que están cambiando.
El 48,9% de encuestados señala que ha perdido relaciones anteriores, mientras el 51,1% dice no haber perdido relaciones con amistades o grupos en los que participan.
Quienes afirman haber establecido nuevas relaciones de amistad alcanza un 57,9% de los encuestados. El segundo grupo, un 42,1%, mantiene que no ha iniciado nuevas relaciones.
En cuanto a las relaciones afectivo-sexuales, también se han visto afectadas por la pandemia, que ha provocado un distanciamiento entre las parejas no convivientes.
Por último, es alarmante un 11,7% de encuestados que expresa que ha sido testigo o conoce casos de acoso o presión por redes sociales.
La mitad de las y los jóvenes plantean que han reducido sus relaciones afectivo-sexuales durante el confinamiento, el 15% menciona que tiene dificultades para mantener relaciones debido a las consecuencias del confinamiento. El 30% se siente ansioso por recuperar el tiempo perdido y un 55% de las y los jóvenes reflejan no tener cambios y seguir haciendo lo mismo que siempre.
Ámbito del ocio y tiempo libre
Las redes sociales han sido una de las mayores aliadas de los y las jóvenes para mantener relaciones y distraerse.
Hay un número considerables de jóvenes, que van desde los 15 a los 24 años, que manifiesta dedicar más 6 horas al consumo de ocio virtual, la franja que va desde los 25 a los 29 años consume mayoritariamente entre 1 y 3 horas.
Las redes que acaparan la mayor parte del consumo son Instagram y WhatsApp.
En cuanto al consumo de tóxicos, los y las consumidoras habituales manifiestan haber consumido menos en el confinamiento, un significativo 11%, frente a los que dicen haberlo hecho más, un 6%, el mismo porcentaje que quienes afirman haber consumido lo mismo.
Cabe destacar que un amplio 77% de las personas encuestadas manifiestan no consumir sustancias tóxicas lo que supone un porcentaje realmente positivo.